19 de marzo de 2011

Yo seré tu euforia, y tu incondicional

Llegamos relativamente temprano aunque esto no nos impidió guardar una gruesa cola para entrar en la sala. Se aspiraba emoción, impaciencia y expectación aun así, los individuos guardaban un silencio sacramental. Algunas chicas analizaban la calle en busca de su deidad, los chicos llevaban camisetas de John Boy, último éxito. Los símbolos estaban por todas partes. En la ropa, en las mochilas, llaveros...en todo.

Los viandantes caminaban sin prestarnos demasiada atención, había miradas curiosas pero poco más. Los que estaban en la cola miraban de otro modo, como si los caminantes fueran meros ignorantes y ellos “los elegidos”, como si todo lo que estuviese fuera de la cola formara parte de un universo primitivo. Todo por un concierto.

En el concierto la escena era perfecta, la cantidad de luz, la posición de ellos y el comienzo... wa, increíble. Me gustaba mirar hacia atrás de vez en cuando, esas caras de emoción y cuerpos extasiados merecían más la pena que el cantante. Él llevaba la camiseta de su mejor single, camiseta que ya había visto anteriormente.

En algunos momentos me dedicó una mirada extraña, indescifrable, y yo me sentí extrañamente indescifrada. Cómo mirar a quién te identifica tanto. Fue increíble. Sonrío, sonríe. Está bien así.