31 de marzo de 2011

Si sólo llega a una persona, me daré por satisfecha.

Hay personas que no conformes con lo que son, pretenden cambiarse, y no digo estos cambios para bien de la propia evolución personal, sino de estos que son impuestos por no sabemos muy bien el qué y que a la larga provocan grandes daños. Mis palabras, no van por aquellos que en algún momento de su vida se sintieron o se sienten frágiles, ¿quién no se sintió así? Mis palabras van por los que animan a prácticas que dañan, que aspiran a conseguir lo que desean por el camino fácil, por el rápido y que encima, no lejos de joderse a ellos, animan a que otros más vulnerables, hagan lo mismo que ellos. Para no sentirse sólos en su desesperación.
No hay nada en ustedes que me guste, sois cobardes. Porque preferís la destrucción de vuestro cuerpo y vuestra mente, y no con el fin de crear nada nuevo. Sólo siguiendo como borregos el sueño que os impuso otro. Y para colmo os convertís en comecocos. Levantaros y mirad el peligro de vuestras palabras. Hacedlo por los que creen en vosotros. Aún no es tarde.


Yo me rebelé. Ahora te toca a ti.


Y sí, soy feliz por lo que y por cómo soy. Sin echarme flores. Nadie es perfecto. Y nadie debería aspirar a serlo porque hay está el error. Quiérete por lo que eres. Y si no lo ves pregunta a tu alrededor. No estás sola, no estás solo. Sólo tu pretendes estarlo.