28 de agosto de 2011

La fabulosa historia de cómo entré y salí del rebaño recordando había olvidado. Parte 2.

 El arte de la música. Imagen tomada del blog artesacrodelpinoescabias.

 ¿De dónde procede? Caminé siguiendo la melodía, acababa de comenzar lo sabía pero aún no era reconocible. Era ratón tras Hamelin pero, esta vez, yo había decidido ser ratón.

 Y llegué. Avenida de la constitución, frente a la catedral. Tres magnificos músicos obsequiaban a su público con sus mejores piezas. La Valse de Amélie... cómo expresar con palabras lo que sólo el alma entiende.

  Las prisas y el tiempo desaparecieron. La Valse me envolvió, acariciándome con las suaves notas que desprendía airosamente el violín...mil recuerdos me inundaron. Los intentos con mi guitarra, los abrazos a quienes más quería, la historia que escribí para ella, viento y agua. Y todos los pequeños detalles que en la prisa momentánea se me habían pasado por alto. Sonreí sin remedio. Me hicieron recordar quién era en un momento convulso de mi historia, les debía algo más que el fuerte aplauso que les brindé.

Mil gracias.